Casa y Alojamiento:
Primero asígnale un lugar a tu perro.
Puede ser dentro o fuera de la casa, sólo fíjate que en él se pueda resguardar
del sol, la lluvia y el frío. Si va a vivir dentro de la casa, escoge un
espacio especial para colocar su cama. Tu perro debe tener su propio espacio.
Mantén siempre limpio el lugar donde
habita tu perro, además de seco y ventilado, para que no guarde humedad, calor
ni malos olores. Es lo mejor para el perro y para ti.
Accesorios y utensilios:
Los accesorios ideales para alimentar y
darle agua a tu mascota están hechos de aluminio porque este material no se
oxida y es fácil de asear. Además, tu perro no podrá mordisquearlos. Es
importante que escojas el tamaño de los utensilios en proporción al animal y
que consideres el número de animales: cada uno de ellos debe tener su propio
plato, para evitar pleitos o que alguno se quede sin comer.
Los Juguetes:
Los huesos de carnaza son ideales, porque
además de servir como juguetes, son efectivos para limpiar los dientes y
fortalecerlos. Son especialmente útiles cuando los cachorros destruyen las
cosas del hogar.
Las pelotas deben ser proporcionales al
tamaño de tu perro. Nunca deben ser pequeñas porque tu mascota puede
tragárselas y causarle diversos trastornos o hasta la muerte por obstrucción. Se recomiendan los muñecos de trapo.
El Baño:
¿Cada cuándo debes bañar a tu perro?
Debes bañarlo cada tres o cuatro semanas, para evitar el exceso de humedad en
la piel y, como consecuencia, resequedad.
¿Con qué debes bañarlo? Usa agua tibia y
jabón neutro, con el fin de evitar enfermedades de la piel, como resequedad,
caspa, urticaria, etcétera. Si el animal tiene parásitos externos como pulgas o
piojos, báñalo con algún jabón especial.
Nunca uses champú, acondicionadores, ni
detergentes, porque resecan la piel, causan caspa, o problemas que pudieran
llegar a ser graves.
Cepillado. Si tu perro es de pelo largo
cepíllalo a diario con un cepillo para perros– y si es de pelo corto, cepíllalo
por lo menos 3 veces a la semana para mantener la sedosidad y brillo del mismo.
Uñas. Si tu perro vive dentro de la casa
es necesario que le revises las uñas, porque en esas condiciones las uñas no se
desgastaran naturalmente y crecen en exceso. Esto le causará molestia al
caminar, dolor e, incluso, se le pueden enterrar y producir abscesos.
Oídos. Son una parte fundamental de la
anatomía de tu perro. Junto con el olfato, los perros piensan con este sentido;
quizás lo usan más que la vista. Por tanto, debes limpiar los oídos de tu perro
con detenimiento y cuidado por lo menos una vez al mes. El procedimiento es
relativamente sencillo.
Dientes. Son una parte importante, pues
con ellos tu perro tritura el alimento que come. Lávalos con productos y
cepillos especiales para perros; nunca con tu pasta, es muy agresiva para
ellos, les pica y les arde. Si prefieres, proporciónale huesos de carnaza para
que se los limpie él mismo.
Ojos. Los ojos son la vida. Los animales
de razas pequeñas suelen sufrir padecimientos en los ojos, generalmente se les
irritan y lagrimean mucho porque se encuentran cerca del suelo y el polvo los
infecta. Es recomendable lavarle los ojos
por lo menos tres o cuatro veces a la
semana con agua de manzanilla tibia y fresca.
Instrucciones para salir a pasear:
Acostúmbralo a salir siempre con collar y
correa. De esta manera puedes tener control sobre él y evitar que lo atropelle
un coche, agreda a alguien, se pelee con otro animal o se extravíe.
Siempre lleva contigo una bolsa para
levantar el excremento de la vía pública.
Vigila que no coma desperdicios,
excremento de otros animales, tierra, etcétera, pues puede enfermarse.
Si vas a salir en coche, no le des nada
de comer, por lo menos dos horas antes de la salida. Se trata de que no vomite
ni defeque en tu coche. Puedes darle de beber agua solamente antes y después
del paseo. De todos modos, asegúrate que orine antes de subirse al coche.
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